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GASTRITIS CRÓNICA, ¿QUÉ DEBO COMER?


Gaspar Aramis Da Costa Foster - Doctor

Tengo 59 años, múltiples problemas con mi marido, él abusa del alcohol; además, mi hijo mayor tiene parálisis cerebral infantil y mi hija tuvo un hijo siendo adolescente. Mi médico familiar me trata por hipertensión arterial y dice que todos esos elementos me han ocasionado una gastritis crónica. Me ha tratado con omeprazol y antes con antiácidos, pero quisiera saber: ¿qué podría comer para dejar de tener la gastritis?

Se denomina gastritis crónica a la inflamación no específica de la mucosa o recubrimiento interno del estómago, de múltiples causas y mecanismos diversos. La implicación de la infección por Helicobacter pylori en gran parte de las gastritis es la novedad más importante. La mayoría de los pacientes infectados tienen cierto grado de gastritis crónica, por lo que se pueden deducir los datos de la enfermedad analizando los estudios sobre prevalencia de H. pylori. Sin embargo, muchas personas tienen esa bacteria sin presentar ningún síntoma. Además de la infección bacteriana por H pylori, la gastritis crónica puede deberse a cambios en la acidez estomacal, o reducción de las secreciones protectoras de la misma por el uso de medicamentos, preocupaciones e incluso puede ser hereditaria la vulnerabilidad a la gastritis crónica atrófica. Si se comprueba que la gastritis está asociada a la infección bacteriana se le debe dar un tratamiento específico.

Cuando una persona presenta síntomas de pesadez, aerofagia, molestia abdominal, saciedad temprana, plenitud posprandial (después de las comidas) y no se le encuentran lesiones orgánicas en esófago ni en estómago, existe tendencia a denominar de forma errónea “gastritis” a estos cuadros que deberían englobarse en el término de dispepsia funcional o no ulcerosa. En este caso los factores emocionales pueden ser más importantes. Por la historia que narra, esta podría ser su situación. Los problemas psicosociales se asocian a aumento de los neurotransmisores (sustancias que permiten la comunicación entre las células nerviosas) relacionados con el estrés. El estrés crónico afecta todo el cuerpo, aumenta la presión arterial, se asocia a síntomas gastrointestinales, dolores de cabeza y otros.

No sé si tenga gastritis crónica o dispepsia funcional, pero para ambos cuadros hay ciertos cambios en su estilo de vida que puede realizar para reducir los síntomas. Tal vez lo más difícil será dejar de preocuparse y ponerle límites a las personas y situaciones. Dice una oración, utilizada por Alcohólicos Anónimos: “Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia”. Si su esposo abusa del alcohol y no quiere cambiar, entre las muchas opciones que tiene usted está aceptarlo y no permitir que su conducta le afecte, separarse de él por su bien y el del resto de su familia, o buscar ayuda en los grupos de Al Anon (grupos de ayuda mutua para parejas de personas con problemas asociados al consumo de alcohol). La realidad de sus hijos debe aceptarla, cuidando al discapacitado sin angustia y procurando que su hija asuma la responsabilidad por sus acciones. No puede controlar la vida de nadie, con dificultad puede hacer cambios en la suya. Al tomar decisiones y poner límites, reduce la ansiedad crónica a la que se expone cada día, por la frustración de no poder cambiar las situaciones que la rodean, y reduce por consiguiente los síntomas digestivos. Tome las riendas de su vida, descanse suficiente, dese el permiso para tener momentos de felicidad (no se sienta culpable por estar feliz aunque los otros miembros de su familia no lo estén) y relájese. Mastique y coma lentamente.

Fraccione la dieta en pequeños volúmenes: desayuno - almuerzo - comida - merienda – cena. Evite el alcohol, las comidas muy condimentadas (o con picante), las temperaturas extremas en alimentos o bebidas, y ciertos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios. Comparta con alguien idóneo y de confianza sus frustraciones o problemas (un sacerdote, psicólogo u otro miembro del equipo de salud mental), incluso con algún familiar o amigo discreto y con mayor experiencia. A veces no es tan importante lo que ellos le digan sino sacar las emociones que lleva por dentro, para evitar que se transformen el síntomas.

Puede comer: alimentos preparados en forma sencilla: a la plancha, grill, horno, hervidos. Puede comer pasta (pero con salsas blancas y ligeras), arroz, papas (hervidas), pan blanco. Verduras cocidas y sin piel. Frutas cocidas, en compota y en conserva. Carnes magras, pescados, clara de huevo. Quesos y lácteos desnatados. Agua y bebidas sin cafeína.

Consuma con moderación: verduras crudas y flatulentas (ajo, cebolla, tomate, pepino, pimiento), productos integrales o muy ricos en fibra. Frutas con piel, verdes o poco maduras. Leche entera, nata y mantequilla, embutidos, quesos fermentados y muy curados, chocolate, bollería, zumos de uva y cítricos y bebidas carbonatadas.

Evite: pimienta, pimiento molido, mostaza, vinagre, café y té.

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