Uno encima de otro. Cerros invadidos de casas forradas con zinc y pisos de tierra, muchas otras de concreto, calles y veredas estrechas, es lo que resalta a primera vista en Belisario Porras, el más pobre, pero pujante de los nueve corregimientos que componen el distrito de San Miguelito.
Su historia se remonta al año 1950, cuando los primeros pobladores empezaron a invadir las tierras. En ese entonces, era conocido como área 7, 9 y 15.
Por Decreto No. 24 del 11 de octubre de 1971, se convoca a elecciones nacionales y por concurso en las 15 áreas, fueron agrupadas por afinidad territorial.
No fue hasta que la asamblea de la comunidad aprobó la nueva propuesta, que comenzó a regir el 6 de agosto de 1972, dividiendo a San Miguelito en cinco corregimientos, entre ellos, Belisario Porras.
Hoy cumple 34 años, adornado con problemas comunitarios que vienen con él desde su niñez, como la carencia de agua potable, delincuencia, calles, veredas, viviendas y un cambio en el sistema de alcantarillado que ayude a minimizar la gran cantidad de letrinas, pero dispuestos a combatirlos.
Pero hace dos años, el panorama empezó a cambiar, la deuda social y la falta de mantenimiento de las infraestructuras que nacieron con el corregimiento, toman otra forma con las obras comunitarias que se ejecutan, como cambiar casas de zinc por las de concretos, los caminos de tierra por veredas y las letrinas por sanitarios.
DEL POTRERO A LA CIUDAD
La señora Juventina Batista puede dar fe de esto; sus 30 años de vivir en el sector de Don Bosco, la hacen una conocedora de la situación.
Cuando llegó desde el corregimiento de Bayano, en el distrito de Las Tablas, se encontró con un panorama parecido a su pueblo natal: potreros habitados por pequeñas casas, sin delincuencia y mucha tranquilidad; pese a la radical transformación, no se mudaría por nada.
Recuerda que lo que la motivó a salir del pueblo fue la muerte de su esposo y el futuro de sus seis hijos. Llegó, montó un kiosco en su casa y le dio una educación a su familia.
Pese a los adelantos, sabe que falta mucho por hacer, como mejores calles y la tubería de aguas negras, que "en 30 años no la tenemos”, y poner mayor énfasis en la juventud con la creación de parques con seguridad, incentivar el deporte y acabar con las bandas juveniles.
CONSTRUYENDO SUEñOS
Gabino Lasso, representante del corregimiento, sabe que con un presupuesto de 4 mil dólares anuales no se puede hacer mucho para el corregimiento de mayores necesidades, como viviendas, agua potable, aguas servidas, inseguridad y desempleo, puesto que hace 20 años no se hacía nada.
Sin vacilaciones, enumeró sus proyectos que ha logrado con partidas especiales, como la construcción de 19 casas que eran de madera, reparación de 28 plumas comunales en el sector de Tinajitas, donde se abastecían con carros cisterna; veredas y calles en los 12 sectores componen el corregimiento.
¿Y LA TITULACION?
Uno de los mayores retos es la titulación de las tierras para el próximo año, ya que nadie tiene título de propiedad, recordando que es un distrito producto de la invasión de tierras, donde se violaron las normas de construcción.
BASURA POR TODOS LADOS
Lasso aseguró que se necesita concienciar a la comunidad para que saque la basura los martes, jueves y sábados y no la dejen en los bordes de las calles, porque la empresa recolectora no tiene la capacidad de entrar a las veredas y a las estrechas calles. Una forma de controlar el problema es la instalación de tinaqueras.
SIN LETRINAS
El tema de las aguas servidas es prioritario, porque no hay espacio para una letrina más; aunque están pendientes de la primera fase del saneamiento de la bahía, donde se instalarán redes de alcantarillados.
MAS APOYO
En este corregimiento es donde más se han hurtado los cables telefónicos; los sectores de Río Palomo, sector 4 y Samaria están incomunicados.
"Hay problemas de delincuencia, la Policía no está dando el apoyo como la comunidad se lo merece", destacó Lasso. Es un sector donde se concentran los comercios y no hay presencia policial, a pesar de que hay estaciones de Policía cerca de algunos lugares.
PIONERO
Dimas Alí Núñez, el primer representante de Belisario Porras, sabe que este corregimiento es el de mayor población y pobreza. A las obras que realizó en su periodo 1970-1984, otros no les dieron mantenimiento y hoy son problemas comunitarios.
"Como en ese tiempo no había tanta población los valores eran distintos, la gente trabajaba y se organizaba. Hoy la juventud no ha valorado el esfuerzo de los pioneros", dijo.
SOLUCIONES
La reparación de las calles, que en muchas ocasiones eran de tierra, es una de las obras comunitarias que en estos momentos se desarrolla en Belisario Porras. Pronto se iniciará la primera fase del saneamiento de la bahía; esto tiene muy felices a los moradores, ya que podrán decirles adiós a las letrinas.
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