¡Sin rendir cuentas!
Algunos hasta lavan los carros de dí­a. (Foto: Miguel Cavalli y Josué Arosemana / EPASA )

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Están sobreviviendo de un negocio que, astutamente, descubrieron. Muchas personas dudan de su eficiencia, pero lo cierto es que esa labor le ofrece grandes entradas económicas para mantener a sus familias, ser sus propios jefes y hasta tener una cuenta de ahorros.

Se trata de los denominados "bien cuida'o" de la calle Uruguay, donde se concentra gran cantidad de discotecas. Pero en cada esquina de la capital, ellos están presentes.

UNIDOS POR LAS FLORES

La mayorí­a deambula vendiendo rosas en las calles, pero hoy tienen un área de trabajo que es respetada entre sus compañeros, pese a que se aprovechan de los espacios públicos y privados del sector y no rinden informes de ganancias a nadie.

LO VENCIO LA COMPETENCIA

Valentí­n Reina Moreno tiene 8 años de estar dedicado a cuidar autos en la calle Uruguay. Antes vendí­a flores en el área de Marbella y ví­a Argentina. Sin embargo, al ver que el negocio fue invadido por otros panameños desempleados, optó por cuidar autos.

DUEñOS DEL MERCADO

Este panameño reside en Cerro Batea de San Miguelito. Curiosamente DIAaDIA, durante esta investigación, pudo conocer que todos los que cuidan vehí­culos en esta zona habitan en Cerro Batea y llegaron allí­, porque fueron convidados por familiares o amigos.

EL PRECIO

Valentí­n confesó que le gusta más este trabajo que vender flores. Dijo que antes se cobraba un dólar por cuidar autos, pero ahora la tarifa es de dos dólares. La hora de entrada a su trabajo es a las 7:00 p.m. y se retira a las 4: 30 a.m.

LOS ACUERDOS DE PAGO

De acuerdo con Valentí­n, hay personas a las que se les cobra antes; otras, cuando se retiran. Dijo que hay clientes que regresan, arrancan el auto y no le dan ni un real. No obstante, tiene clientes que ya son conocidos y hasta les da crédito.

DEUDAS CON MUCHO CARIñO

"Hay muchachas que vienen y me dicen: 'papi, no te preocupes que en la quincena te pago'". Y aseguró que esa promesa es efectiva. Agregó que a veces, hay clientes sinceros que te dan lo poco que tienen y se ha encontrado con personas que le dan hasta un peso.

EL TERRENO ESTA MARCADO

En calle Uruguay hay más de una docena de "bien cuida'o", pero aclararon que cada quien respeta el área de trabajo de sus compañeros, aunque no hay una división fí­sica.

Algunos señalan la cantidad de estacionamientos, colocando cajas de madera o de cartón. Otros se basan en la distancia que hay entre las luminarias.

¿SON RESPONSABLES?

Cada uno de ellos aceptó que se hacen responsables de lo que le suceda a los autos que custodian. Informaron que se han dado casos en que aparecen vehí­culos vandalizados, pero argumentaron que son los que las personas dejan fuera de su mando. A veces, las rondas policiales los recogen y pasan hasta dos horas detenidos bajo investigación.

SE VE DE TODO

Según Valentí­n, entre sus clientes hay de todas las clases sociales. "A la corrupción nadie la puede parar. He visto muchas borracheras, relaciones homosexuales y lesbianas, además de muchos menores ebrios", acotó.

Por sus años de trabajo en esta zona, se atrevió a decir que "los más corruptos son los más serios".

¿Y MI AUTO DONDE ESTA?

José González es otro "bien cuida'o" y expresó que muchos clientes llegan tranquilos a disfrutar de la discoteca, pero cuando salen no recuerdan ni dónde dejaron el auto.

González comparte el mismo terreno con Valentí­n. Ellos explicaron que se turnan de acuerdo con el orden de llegada de los autos, para poder sacar sus ganancias independientes.

Acotó que tiene una cuenta de ahorros en un banco y cada dí­a deposita diez dólares. El resto se lo gasta comprando comida y en los gastos de los hijos en la escuela y en su casa.

ES UN NEGOCIO REDONDO

González recoge 50 dólares cuando los dí­as son muertos. "En un sábado, yo puedo hacer hasta cien dólares. Ninguna empresa me va a dar esa plata en un dí­a", acotó.

¿QUE OFRECEN?

Los entrevistados coinciden en que el cliente paga para que no le rayen, no le roben, ni le rompan las ventas del auto. Empero, hay quienes se acercan a ellos en busca de drogas. Al paso, dijeron a este medio que "ese no es mi negocio".

LA COMPETENCIA

DIAaDIA se enteró de que algunos guardias de seguridad también se ganan otra entrada cuidando autos, en los predios de los edificios que custodian.

Esa información fue corroborada por el señor "Aquiles", quien se reservó su apellido. A su juicio, esa es una competencia desleal y se mostró muy enojado.

NO HAY TARIFAS

A sus 51 años y con 4 años en esta actividad, admitió que aunque no le pone tarifas a nadie por su trabajo, se lleva para su casa 25 dólares diarios. Mientras "Aquiles" conversaba con DIAaDIA, apareció un seguridad vestido de un uniforme verde y se mofó de este ciudadano, alegando que iba a aparecer en cinta. El entrevistado se limitó a decir: "ese es uno de los que ya te hablé".

BAJO EL AGUACERO

La lluvia no es un obstáculo para los "bien cuida'o"; ellos se las ingenian con capotes y paraguas. Durante esos dí­as, cobran una "donación" de 25 centésimos por prestar el paraguas a los clientes y amigos que se dirigen a una discoteca.

EXIGEN SER VALORADOS

DIAaDIA logró conversar con Carlos Davis, quien es la persona de mayor edad en esta actividad en calle Uruguay. Eso le ha permitido ganarse el respeto de los más jóvenes.

Davis dijo que antes laboró en el sector de la construcción y "por cosas de la vida" estuvo preso. Durante ese lapso, otro recluso le recomendó cuidar carros para sobrevivir honradamente.

VETERANO DE GUERRA

Carlos Davis descubrió este negocio hace siete años. No vendió rosas para llegar a esta calle, pero reconoció que depende de lo que le dan sus clientes. Aceptó que al principio reclamaba el pago de sus servicios. Pero ahora no, pues sabe que no está en condiciones para eso.

"Ya tengo 64 años, y dime muchacho: ¿Quién me va a dar trabajo a esta edad. Cuido esto porque esto es mi pan y el de mi familia?"

QUIEREN ORGANIZARSE

La mayorí­a de los "bien cuida'o" entrevistados dijeron que están dispuestos a organizarse y pagar sus impuestos como lo establece la ley. Afirmaron que han acudido a la Alcaldí­a de Panamá y a la Defensorí­a del Pueblo, pero los resultados han sido infructuosos.

LES PIDEN DROGAS

Otra de las experiencias que contaron los "bien cuida'o" es que se han encontrado con personas que les piden directamente que les consigan drogas.

Enfatizaron que quienes piden sustancias ilí­citas son de todas las edades, profesionales, hijos de "papi" y "mami" o gente de barrio.

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