Viven con tensión, pero en parte son responsables. El 7 de mayo del 2007 se convirtió en un día inolvidable para los residentes de la barriada 9 de Enero, cuando vieron que sus casas quedaron bajo el agua.

La situación ha provocado que cada vez que cae un aguacero, los moradores temen que las inundaciones vuelvan. Y no es para menos, pues el nivel de las aguas sube considerablemente. Prueba de ello, fue el lunes cuando llegó a la altura de la calle, a pesar de la enorme zanja que existe.

Jorge Pitalúa, director nacional de Mantenimiento del Ministerio de Obras Públicas, afirmó que eso se debe a la gran cantidad de desperdicios que siguen arrojando, pues de nada vale que hayan colocado alcantarillas con parrillas que evitan el paso de los desechos más grandes, si las personas no ponen de su parte.