Mundial Sub-20

Lo que no se vio de Poyatos


José Miguel Domínguez F. - DIAaDIA

¿Qué está pasando? José Alfredo Poyatos --entrenador de la Selección Sub-20 de Panamá-- vivió el Mundial de la categoría de Colombia en una cárcel gigante: fue vigilado "diariamente" por los “pesos pesados” de la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut), jamás tomó decisiones él mismo y, a pesar de todo esto, nunca mostró carácter ni temple.

Este medio estuvo en el lugar de los hechos y percibió el ambiente negativo que rodeó a Poyatos y a los jugadores del equipo de menores de 20 años en la competencia internacional.

La crónica. Desde nuestra llegada a suelo barranquillero, Poyatos se veía tenso, pensativo y muy poco comunicativo, a pesar de haber sacado un empate contra Austria.

El punto conseguido contra los europeos, al parecer, no llenaban todas las ansias del ex del Tauro, quien se seguía manejando en un ambiente extraño: totalmente callado, esquivo y sin la misma chispa que tenía antes de viajar a Colombia.

En los pasillos del Hotel Dann Carlton de Barranquilla, donde se estaba hospedando Panamá y las otras tres selecciones del Grupo E del Mundial (Egipto, Austria y Brasil), Alfredo estaba siempre en compañía de Percival Piggott, enlace entre aquel y los hermanos Dely Valdés, y del preparador físico del equipo, el colombiano Gustavo Mazuera.

Para el olvido. Lo más extraño de todo se suscitó el pasado domingo en la conferencia de prensa --llevada a cabo en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla-- para el cotejo entre Panamá y Egipto.

El entrenador del equipo de menores de 20 años tenía que hablar ante la prensa internacional y panameña; sin embargo, el DT venía acompañado de Ariel Alvarado, secretario general de la Fepafut; Ramón Cardoze, vicepresidente; Alberto Moke, miembro de la federación; y Rolando González, gerente de selecciones.

Los cuatro “pesos pesados” se sentaron y escucharon la conferencia como si fueran unos periodistas más.

La presión fue inevitable. A Poyatos se le veía presionado por la extraña presencia de los miembros de la Fepafut, quienes nada tenían que hacer allí, en el salón de conferencias.

Surgen incógnitas: ¿No querían que Alfredo hablara tranquilo? ¿Querían presionarlo? ¿Cuáles serán sus respuestas sobre este caso? ¿Por qué había tanta vigilancia con el entrenador?

Con estas acciones quedó más claro que el agua que Poyatos no es el único culpable del fracaso del seleccionado Sub-20 en el Mundial. Poyatos solo habría (ojo) servido como un “títere” de los federados y de los hermanos Dely Valdés, quienes deberían presentar un informe, en caso de que llegaran a despedir al ex del Tauro.

¿Tranquilidad? A Poyatos no se le veía tranquilo, ni reído ni contento, sino cabizbajo, introvertido, como si estuviera claro de todo lo que estaba pasando detrás de la cortina, de una cortina que estaba teniendo un mal manejo y en el que todo mundo metía mano.

Otra vivencia que nos impactó fue, el sábado 30 de julio, en horas de la noche, cuando este medio entrevistó a Poyatos en el “lobby” del Dann Carlton. La conversación iba bien, muy bien. No obstante, pasados unos minutos, Gustavo Mazuera y Rolando González también estaban al lado de nosotros para escuchar qué decía el entrenador.

Después de ese momento, nos dimos cuenta de que algo raro estaba ocurriendo y que Poyatos estaba siendo vigilado. Pero, ¿por qué estaba siendo tan vigilado? Si no querían que este hablara, no lo hubieran dejado en el cargo cuando tenían la oportunidad de cambiarlo. Poyatos no es el culpable.

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