Tenga cuidado. Por estar desempleado se es capaz de cualquier cosa.
Uno de los medios más accesibles para encontrar un empleo son los anuncios clasificados en los diarios locales, donde empresas nacionales y extranjeras ofrecen una tasa de empleo con jugosos salarios, comodidad, estabilidad laboral; además de ser trabajadores independientes a tiempo completo o parcial.
Y como la tecnología avanza a pasos agigantados, también hay sitios en Internet que le permiten a los desempleados trabajar desde sus casas. Una oportunidad muy atractiva ante la desesperación de encontrar un empleo.
EN BUSCA DE EMPLEO
DIAaDIA realizó un monitoreo vía telefónica a estas agencias, para ver la forma en que operan en Panamá. Todo parecía ser un campo minado con diferentes opciones de trabajo.
Los resultados fueron sorprendentes. De todas las llamadas realizadas para conseguir una entrevista de trabajo, a pesar de que eran números telefónicos distintos y hasta celulares, la mayoría coincidieron en un solo lugar.
Todas las citas fueron establecidas para las 8:45 a.m. en un local del Edificio Plaza Edison. Amablemente fueron enfáticos en solicitar ser puntuales, buena presencia, no suéter, no jeans, no zapatillas.
Al visitar los sitios de Internet sugeridos, todos apuntaban al crecimiento económico, y luego de llenar un formulario con los datos personales, se dio una cita para una entrevista. Curiosamente, en el mismo lugar, pero en horas de la tarde. Sin embargo, no dieron detalles sobre las futuras labores a emprender.
EL DIA DE LA ENTREVISTA
Tal como lo solicitaron, el periodista estuvo minutos antes de la hora establecida. Se pudo observar que hubo personas que madrugaron para tomar los primeros puestos, pero se encontraron con una larga fila que hacer.
Algunos bien ataviados, perfumados y era notorio el calor por el que atravesaban. Quizás no estaban acostumbrados a vestir así.
La edad no era un factor determinante para establecer la población desempleada, pues había tanto personas mayores como jóvenes. Algunos con largas caras de interrogantes.
Más de 25 personas llegaron a formar la fila, y aunque la puntualidad era un requisito indispensable, los encargados de dicha empresa no lo fueron.
EL MOMENTO ESPERADO
Una vez abrieron sus puertas, la amabilidad se desbordaba en el local. Cada aspirante iba pasando para encontrar un trabajo. Les entregaban un formulario y los hacían pasar a una sala de conferencias para llenarlo.
Al entrar a esa sala, había música alentadora que creaba todo un ambiente de superación.
Más tarde, inició una charla corporativa. Y ante todo lo recorrido, muchos no sabían qué tipo de trabajo iban a realizar, pero también había sospechas.
Presentaron un vídeo, donde todo hablaba de mucho dinero, ganancias de empresarios, pero no decían de qué negocio se trataba. Luego hicieron una presentación de la empresa, y cuando descubrieron el nombre de la misma, los encargados armaron un escándalo que los presentes se asustaron.
El empleo era para vender productos nutricionales y dietéticos. Ya las caras de decepción mostraban su aburrimiento, pero ellos seguían sustentando lo exitoso de este trabajo, complementándolo con testimonios de trabajadores nacionales y extranjeros, además de los constantes viajes alrededor del mundo.
LA GOTA QUE DERRAMO EL VASO
Para iniciar en este negocio tenían que invertir la suma de 120 balboas en una cajeta de productos y, que a su vez, cubría algunos tips para ser exitosos en esta labor.
Lo pintaron como la oportunidad de su vida para los desempleados y que no lo pensaran dos veces. Dijeron que más tarde ofrecerían un seminario por el costo de cinco balboas y le daban mayores detalles, pero de todos los presentes, sólo una joven mordió el anzuelo.
Los que estaban sin dinero y los decepcionados, abandonaron el barco en que pasaron por más de hora y media. Ellos simplemente agradecieron a los presentes el tiempo en escucharlos y se limitaron a decirles que había otros puestos de esta empresa en Panamá, y que la próxima vez que llamaran por los anuncios clasificados preguntaran primero si eran sus productos, para que no perdieran su tiempo y no se vistieran tan guapos.
REACCIONES
Al intentar conversar con Ligia Yap y llamar varias veces a los números telefónicos anunciados en los clasificados, alguien informaba que no se encontraba allí o que los números estaban equivocados. Ligia estuvo presente en la charla corporativa y también firma la presentación en una página de Internet con la misma oferta de trabajo.
Curiosamente, después de tanta insistencia, nadie contestaba los teléfonos.
POR LA VIA LEGAL
El Departamento de Mano de Obra del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral es quien se encarga de supervisar las agencias de colocación de empleo.
Samuel Vargas, encargado de estas oficinas, indicó que en Panamá hay 33 empresas vigentes de este tipo. Aunque no hay tiempo asignado, de vez en cuando se realizan las visitas.
Explicó que anualmente estas empresas debe renovar su certificado de operación, pero siempre hay agencias "olvidadizas" que quieren pasar por alto este requisito y son sancionadas con multas que van de B/ 50.00 hasta B/ 500.00, y su incidencia en esta falta lo hace meritorio a cancelarle la licencia definitiva.
Vargas indicó que operan dos tipos de agencias: las que colocan en vacantes como las domésticas y las que contratan y alquilan personal. Manifestó que las quejas contra estas empresas son casi nulas. Quizá porque estas agencias trabajan bien o los ciudadanos no saben dónde quejarse.
Solicitó a las empresas que cuando van a contratar a una persona por medio de una agencia, soliciten una copia autenticada del MITRADEL de la licencia que le permite esta actividad.
LA OTRA CARA
El MITRADEL cuenta con una bolsa de empleo y de manera gratuita puede encontrarse un trabajo en empresas privadas. Dichas ofertas van desde un trabajador manual, un doctor o abogado.
Para ello, tiene personal de intermedicación laboral, donado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Sólo debe presentar hoja de vida y una entrevista para su clasificación.
Tenemos vacantes: Ejecutivo de ventas, ingenieros industriales, conductores de camiones, de moto, asistente contable, trabajador manual, atención al cliente que hablen inglés, mensajeros.
Las quejas deben dirigirse al Departamento de Mano de Obra del MITRADEL, en el quinto piso del Edificio Plaza Edison, en la vía Ricardo J. Alfaro. Denunciar las agencias brujas al 360-1253 -1270. Exigir a estas empresas una copia de licencia actualizada certificada por el MITRADEL antes de hacer un contrato. Se calcula que las empresas privadas pagan a las agencias por un empleado un aproximado de 40 ó 50 balboas. La bolsa de trabajo del MITRADEL es confiable y factible.
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