Las necesidades de la niñez que vive con el virus de inmunodeficiencia humana han sido pasadas por alto, aunque han tenido gran visibilidad en fotografías y en titulares sobre el SIDA.
Actualmente, en el mundo, unos 2.1 millones de menores de 15 años viven con VIH y muchos son afectados directamente por la epidemia a través de la enfermedad y la muerte de sus padres o tutores, las angustias emocionales, las privaciones materiales y la falta de acceso a tratamiento.
En una de las plenarias de la XVII Conferencia Internacional sobre SIDA se mencionó que también falta cuidado, servicios básicos de salud y educación para esta población, por lo que los abordajes de la situación deben estar basados en la familia.
Por ello, son tan importantes los servicios de protección social para apoyar a las familias y las comunidades en el cuidado de los niños y niñas. También lo es la asistencia económica para las familias pobres, en particular a través de la transferencia de fondos.
Más del 90% de las infecciones han sido de madre a hijo y aunque el acceso a terapia antirretroviral ha aumentado, aún sigue siendo menor que la cobertura a los adultos.