"Nos juzgan por nuestra apariencia, pero venimos de buenas familias". Con esta reflexión Alberto Valdivia y su compañero César Ibarra, dos indigentes que viven en un edificio abandonado en el Barrio Chino, relataron el testimonio de sus vidas.

Dijeron que siempre que meten una solicitud de trabajo los rechazan, por lo que prefieren seguir viviendo en las calles, pues en ellas encuentran su sustento diario.

Con una apariencia desaliñada, conversaron amenamente con DIAaDIA, manifestando que son seres humanos con sentimientos y familia, pero que por su mala cabeza hoy viven en las calles.

Entre los dos llevan más de 35 años sobreviviendo en un mundo de drogas, alcohol, cervezas y arranque, en donde ambos deben cuidarse mutuamente "de los fantasmas de la calle".

Agregaron que, pese a su adicción a las drogas, en ocasiones extrañan a sus familiares. Esto los pone muy tristes, porque aunque las personas los miran mal y los juzguen, sienten que también son hijos de Dios.

A pesar de las carencias económicas y de afecto, estos hombres viven su vida placenteramente, pensando en el presente, porque el futuro no les depara mayores riquezas que las experiencias que les deja la escuela de la vida.

ESTADISTICA

Rescate Ciudadano de la Alcaldía de Panamá captó 38 indigentes que vagaban por Calidonia y Santa Ana.