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Casi todos en La Chorrera la llaman "La Loca", aunque su nombre es Carmen Erigma Bustamante. Tiene 42 años y familia, pero está en tal abandono que su estado de salud se ha deteriorado, al extremo que es una amenaza para muchas personas a las que ha agredido. Acostumbra a caminar por la avenida central, descalza, desaliñada, con un cigarrillo en su boca. Su madre, Olga Bustamante, cuenta que ella fue criada por su abuela paterna hasta los 15 años y no sabe cómo cayó en drogas.
Casi todos en La Chorrera la llaman "La Loca", aunque su nombre es Carmen Erigma Bustamante. Tiene 42 años y familia, pero está en tal abandono que su estado de salud se ha deteriorado, al extremo que es una amenaza para muchas personas a las que ha agredido. Acostumbra a caminar por la avenida central, descalza, desaliñada, con un cigarrillo en su boca. Su madre, Olga Bustamante, cuenta que ella fue criada por su abuela paterna hasta los 15 años y no sabe cómo cayó en drogas.
Ahora reside con una tía que está en iguales condiciones, mientras que su mamá no puede tenerla porque también le ha pegado.
Ahora reside con una tía que está en iguales condiciones, mientras que su mamá no puede tenerla porque también le ha pegado.
El psiquiatra Gonzalo González, quien la ha atendido, dijo que ella tiene años de no tomar los medicamentos y está descompensada. Debe ir al hospital, pero puede escaparse.
El psiquiatra Gonzalo González, quien la ha atendido, dijo que ella tiene años de no tomar los medicamentos y está descompensada. Debe ir al hospital, pero puede escaparse.
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