Mientras los noticiarios nos ahogan en malas noticias y quieren hacer de estos espacios un chiste o un patio limoso, incluyendo a sus anchor, los shows de entretenimiento que deben servir de terapias y ayudarnos a no asfixiarnos de tanta muerte, escándalos y delincuencia, no ayudan en nada porque están hechos con los pies.
Y es que a los productores y responsables de los shows de chistes se les olvidó que numerosas investigaciones avalan que reírse a carcajadas es bueno para la salud. ¡No hay terapia más económica, sencilla y divertida que reírse sin parar!
El psiquiatra estadounidense William Fry, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, pionero en el campo del humor como terapia y que ha dedicado más de 30 años al estudio de las propiedades terapéuticas del humor, está convencido de que la risa tiene múltiples beneficios. Según sus investigaciones, cinco minutos de risa equivalen a 45 minutos de ejercicio ligero. Además, reír libera endorfinas (conocidas como las hormonas de la felicidad) lo que provoca sensación de euforia y alegría; ayuda a la circulación de la sangre, elimina toxinas, potencia el sistema inmunológico... en fin, que no hay nada mejor para la salud que torcerse de la risa unas cuantas veces al día.
Sin embargo, cuando uno sintoniza la nueva temporada del show 'Buscando a Pepito' que debe lograr que todos nos riamos, en mi caso y es mi opinión, lo que lograron fue molestia porque es un show carente de todas las técnicas básicas de la producción de televisión moderna. Tiene problemas de identidad conceptual porque no se sabe, al sintonizarlo, si estamos frente a un espacio de humor o de chistes, que son dos conceptos muy diferentes porque espacios con estas características tienen dinámicas y ritmos específicos para televisión, de ahí que, por ejemplo, en Sábado Gigante, usted puede ver segmentos de 'sketch' de humor y segmentos chistes por separado.
En 'Buscando a Pepito' los tiros de cámaras fueron malos, la escenografía fría, sin gracia, su promoción pésima, su casting mediocre, su conducción peor y un cuerpo de jurados sin la experiencia para calificar a los demás, excepto Leopoldo Mojica por su trayectoria en este arte. Sí, porque hacer reír a la gente es un arte que por lo menos yo no tengo. En cualquier concurso de talentos serio, los jurados son personas con trayectoria y sapiencia en lo que van a calificar, en este show no.
Sus conductores, un talentosísimo actor panameño como Oscar Díaz caracterizando el más chabacano y vulgar de sus personajes 'La One Two', y Lissette Díaz que la conocemos por su pésimo desempeño como humorista en el Reventón Pub Bar donde ni Eloy Pincay se ríe. Como terapia de risa el programa entero fue malo porque el casting, sin ánimos de ofender, fue muy pobre. Sus participantes, ninguno, hacía realmente que uno le doliera el estómago de tanto reírse por lo que era evidente que 'La One Two' tiene la función de salvavidas con licencia para sus chabacanerías y dizque hacer reír a su público que si analiza las tomas como yo, verá que hay más gente seria que reída.
Lo lamentable es que su competencia, Poveda Show ¡Jo!, está igual de mala y es triste tener que comparar dos productos malos porque el show de Poveda se quedó congelado en el tiempo, porque sus chistes todos los conocemos, su producción es pobre, sus invitados no le llegan ni a los pies 'Al Compa' que fue su mejor adquisición y porque hoy verlo es pan de lo mismo. En show de chistes como terapia, estamos muy mal, huérfanos. ¡Jo! ojalá Pepito siga perdido y si Poveda lo acompaña, ¡mejor!