
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Los terrores nocturnos pueden aparecer a cualquier edad, pero lo habitual es que se den en la infancia ; afectan entre el 3 y el 6% de los niños. Tienen más incidencia entre los 3 y 12 años, pero se han presentado en niños de solo 18 meses. Entre 1 y 4 % de los niños en edad preescolar presentan este tipo de episodios. Tienden a desaparecer con el inicio de la adolescencia. Se pueden presentar en los adultos, especialmente cuando hay tensión emocional o consumo de alcohol.
Causas
Están provocados por una hiperactivación del Sistema Nervioso Central (SNC) durante el sueño. Esto puede ocurrir porque el SNC (que regula la actividad cerebral durante el sueño y la vigilia) todavía está madurando, refleja etapas inmaduras del sueño, en las que el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño profundo al sueño más superficial.
Pueden desencadenarse por fiebre, falta de sueño, cansancio, fatiga, períodos de tensión emocional, estrés o conflictos. Pueden ocurrir después de que alguien ve películas o programas de televisión de terror o tiene una experiencia emocional.
¿Qué hacer en estos casos?
Tranqulice al niño.
Regule sus horarios de sueño.
Consulte a un profesional.
Controle lo que ven y hacen antes de dormir.
Tranquilícese.
No intente despertar al niño.
Hable del tema durante el día.