Los conocedores del baloncesto nacional coinciden en que desde que este deporte cayó en las manos de Sanchiz, todo ha sido para mal.
Quizá para cualquier joven los nombres de Arquimedes Bedoya y Vicente “El Gallo” Duncan no digan mucho. Pero para los conocedores y personas que han seguido el básquet del patio por años significan verdaderas figuras de esta disciplina deportiva.
“Me duele cómo está el básquet panameño. Aquí no se perjudica a las autoridades; se está dañando a los deportistas”, dijo Bedoya, quien lleva más de 35 años organizando ligas menores, juveniles y femeninas. Además, agregó que por más de 14 años estuvo a cargo de la Liga Distritorial de Panamá, pero cuando llegó Sanchiz “él me cortó de la federación”, manifestó.
Mientras tanto, el exseleccionado nacional Vicente “El Gallo” Duncan dijo que “no es justo que el baloncesto esté secuestrado desde hace varios años por una sola persona”, y añadió que los dirigentes deberían renunciar y sederle el puesto a otros que sí quieran trabajar de forma positiva.
Duncan, quien es agente “scout” de las Universidades de los Estados Unidos, señaló que mientras el básquet esté manejado por estas personas “las cosas no mejorarán”.
Estas reacciones surgen debido a que el baloncesto panameño está pasando por un mal momento. Mal momento que lleva ya "varios años" y que está lejos de ver una luz en el camino.
Hace algunos meses, la Sub-17 arrancó sus entrenamientos con miras al Centrobásket de Puerto Rico. Llegó el certamen y los criollos no vieron una victoria en cinco partidos.
De cara al Preolímpico en Mar de Plata, Argentina, el panorama no pinta bien: el fin de semana se llevó a cabo un torneo en Venezuela, donde Panamá perdió sus dos primeros juegos (por margen de 40 puntos) y solo le ganó a Cuba.
Los resultados hablan por sí solos; los conocedores dieron su opinión. Entonces, ¿Qué hace falta para salvar este deporte?