Acepta la derrota. El pugilista brasileño Acelino "Popó" Freitas atribuyó ayer a una decisión de Dios su derrota del sábado ante el estadounidense Diego Corrales, que le significó la pérdida de la corona del peso ligero de la OMB.
"Dios no quiso", dijo un Popó abnegado, abatido y con visibles huellas de golpes en su rostro, ante un numeroso grupo de pastores y fieles evangélicos que le aguardaron en el aeropuerto de la ciudad brasileña de Salvador.
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