Hola Moza, te escribo porque siempre leo tu columna y ahora quiero que me des un consejo como se lo das a muchas otras personas. Lo que pasa, Moza, es que vivo desde hace más de ocho años con mi esposo, nos casamos muy enamorados, pero desde que nos casamos no me gusta algo y es que a mi esposo le gusta beber mucho.

Yo pensé que eso se le pasaría con el tiempo, pero Moza, ahora es peor y en este último año cada vez que llega borracho le dan ganas de golpearme. Siempre me he impuesto, pero ahora ya no pude más y hace unos días, cuando llegó borracho en la madrugada, me haló los cabellos y cuando me iba a defender mis hijos se despertaron y le dije que parara su borrachera. A él no le importó y me golpeó tan fuerte que mi cara quedó toda morada y mis hijos muy alterados por lo que pasó. Esta vez no sé qué sucedió, pero creo que mi esposo no sólo está consumiendo alcohol, sino otras cosas, y del miedo a eso y por lo que mi familia puede hacerle por el enojo, preferí llevarlo a la ley y ahora le puse una boleta para que no pueda entrar en mi casa. Moza, ahora me está pidiendo que le dé una oportunidad, pero sabes, yo le di muchas y ahora le temo. Dame un consejo.

Chao, Lineth

DEJA LAS COSAS ASI

Hola Lineth, lo que me dices me ha dejado muy preocupada y creo que tu actuación fue la mejor. Me parece que ir a la ley y sacarlo de tu casa fue lo correcto, porque si dices que bebe como loco y que a lo mejor consume otras cosas más, no sólo puede volver hacerte daño, sino que también puede hacérselo a tus hijos y eso sí que es peligroso.

Mira, si él quiere una oportunidad tendrá que demostrar que no será más alcohólico, dile que vaya a un psicólogo y en la terapia deberás darte cuenta si cambia su vida o no; por mientras no le des la oportunidad, por tus hijos y por tu bien.

Además, recuerda que las estadísticas de maltrato son muy altas en nuestro país y que muchas de ellas terminan en crímenes pasionales. No te digo esto por asustarte más, sino para que pienses cuál es la mejor decisión. Recuerda que es mejor dejar las cosas a tiempo que arrepentirse de ellas. ¡Suerte!