Hola Moza, me encanta esta columna porque podré desahogarme sin verle la cara a nadie.

Te digo esto, porque quiero confesarte que ando con un hombre casado; me gusta, no lo quiero dejar y lo tengo fastidiado, y la verdad, no me importa que me haya pedido que no lo busque más.

Moza, ese hombre tiene dos hijos de 3 y 5 años, y, por supuesto, una esposa, que lo ama como a nadie y a quien complace siempre, pero tuvo un desliz conmigo y ahora me quiere dejar, pero no lo acepto. Le he dicho que si me deja, se lo diré a su esposa, y lo tengo tan loco, que hace unos días me afirmó que le contará la verdad a su mujer, pero para que lo deje en paz. Me ha dicho en mi cara que la ama y que el peor error de su vida fue meterse conmigo. Por favor, dame un consejo, porque para destruir su matrimonio, he decidido presentarme en su casa y decirle todo a su mujer. Mi mejor amiga me dijo que dejara eso, pero a mí no me parece. ¡Chao!, la mala.

NO HAGAS ESO

De verdad que ese apodo te va muy bien, por lo que me cuentas deseas hacer eres mala. Quiero que analices mis palabras y te pongas a pensar el daño que le harás, no a ese hombre, porque se lo buscó, sino a sus hijos y a su esposa. Por favor, ponte un segundo en el lugar de esa mujer y no hagas algo así. Piensa que no ganarás nada con eso, él no volverá contigo y destruirás un hogar. Si en verdad te gusta, ayúdalo y no destruyas su hogar, mejor consigue otro chico, te aseguro que te irá mejor. ¡Suerte!