Daniel labora en SERTV, en el departamento de Producción. Por fortuna, allí las instalaciones cuentan con las rampas necesarias para su movilidad. (Foto: M. CAVALLI/ O. PINEDA/ A. RODRÍGUEZ/ A. GARCÍA)
Carolina Sánchez P.
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Èste es un país con poca disponibilidad para que las personas con discapacidad puedan ser independientes para movilizarse.
Si para un individuo que posee toda su capacidad motora es difícil caminar por la vía, imagínese lo que representa para aquellos que tienen limitaciones físicas y visuales.
Años atrás, Daniel Martínez sufrió un accidente que le dejó lesiones en la columna vertebral, lo que lo llevó a padecer discapacidad para caminar. Ahora él se enfrenta a esa realidad de no poder desplazarse por doquier.
La vida le cambió por completo cuando tenía 22 años, pero gracias a sus deseos de seguir adelante y al amor incondicional de sus padres, que lo llevaban a terapias, poco a poco logró recobrar la movilidad en sus brazos y ahora puede desplazarse en silla de ruedas.
Pero, a pesar de sus intentos de querer ser independiente, Daniel está limitado, apenas sale a la calle. "Siempre que deseo ir a algún lugar en la barriada, por corta que sea la distancia, me corro el riesgo de que un carro me atropelle, porque al no poder andar por las aceras, que están en mal estado, tengo que irme por la calle", contó.
Cuando quiere subir a una acera se encuentra con hidrantes que incomodan, alcantarillas sin tapas, las aceras con ranuras y sin medidas requeridas, como rampas. "Hay que estar pendiente de por dónde uno se mete", dijo.
Este joven, que ahora tiene 28 años, lamentó que actualmente las personas no tienen conciencia de las penurias que debe pasar un discapacitado, ya sea porque no les ha pasado o porque no tienen un familiar afectado, así que no les importa poner su carro sobre las aceras, llenarlas de objetos que obstruyen el paso y, peor aún, colocarse en los estacionamientos para discapacitados.
MALAS ANECDOTAS
Al igual que Daniel, Eustoquio Quintero es discapacitado, pero de la vista. Él recordó que una vez cayó en el vagón de un carro, porque jamás pensó que iba a estar estacionado en la acera. "Ese día casi me rompo la nariz y el golpe me dejó por varios días mal".
Quintero aconsejó a las personas que sean más conscientes y no obstaculicen las vías para que ellos puedan desplazarse. "Creo que las autoridades, la población, los arquitectos que hacen obras deben construir una ciudad más amigable para nosotros. Existen otros países en donde las personas con discapacidad pueden movilizarse por largos trayectos", específico.
UN DERECHO
Magali Díaz Aguirre, directora Nacional de Equiparación de Oportunidades de la Secretaría Nacional de Discapacidad (SENADIS), explicó que debe existir accesibilidad arquitectónica de comunicación y otros elementos en el entorno para los discapacitados.
Esta entidad elaboró un manual de acceso que contiene todas las medidas que deben llevar las rampas, aceras, escaleras y todos los servicios que necesita una persona.
Agregó que aquellos con discapacidad motora y visual son los únicos que pueden solicitar las calcomanías y deberán llenar un formulario en SENADIS, llevar dos fotos tamaño carné, copia de cédula y un certificado médico en donde especifique el tipo de discapacidad, y tener un tiempo de seis meses.
RECORRIDO
DIAaDIA realizó recorridos por la ciudad capital y algunas barriadas y comprobó que las aceras tienen el pavimento rajado, están llenas de herbazales, la basura orgánica la depositan en ellas, y lo peor es que son utilizadas como estacionamientos.