
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
Ayer recibió una canastilla.
Desiré tenía 42 semanas de gestación.
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
Ayer recibió una canastilla.
Desiré tenía 42 semanas de gestación.
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
Ayer recibió una canastilla.
Desiré tenía 42 semanas de gestación.
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
Ayer recibió una canastilla.
Desiré tenía 42 semanas de gestación.
La familia Fernández Mc Collin abordó el bus, porque era más rápido y daba tiempo de llegar. Ahora está feliz porque su hija está bien.Foto: ROBERTO BARRIOS
Ayer recibió una canastilla.
Desiré tenía 42 semanas de gestación.
Y es que Yesiré Mc Collin Williams abordó el bus junto a su esposo Roberto Fernández en San Joaquín tras sentir dolores de parto, pero cuando el colectivo iba por el tramo marino del Corredor Sur empezó a salir su quinta hija sin romper fuente.
Nervioso, el esposo de Yesiré alertó al resto de los pasajeros, quienes lo único que deseaban era que la bebé y la mujer estuvieran bien, por lo que no pidieron parada hasta la maternidad. "Espera, espera", eran la palabras del asustado padre, pero era imposible porque María Elena quería salir.
La madre dio a luz sentada en uno de los puestos. Relató que lo primero que vio fue la cabeza de la bebé y después salió todo el cuerpo, por lo que procedió a tomarla entre sus brazos y envolverla en un trapo para que no sintiera frío, y la nenita comenzó a llorar.
"¡Se le está saliendo la bebi!". Ese fue el grito del asustado padre, lo que hizo que el conductor del metrobús se quitara la gorra preocupado y empezara a pitar para que le abrieran paso hasta llegar a maternidad del Hospital Santo Tomás.
Al día siguiente, la sorpresa de Yesiré fue cuando se le preguntó por María Elena, porque no sabía que con este nombre habían registrado a su hija, ya que era una tarea que le tocaba al padre, a quien no había visto desde la noche porque se había ido a trabajar.
Mientras tanto, la bebé se mantiene en el Hospital del Niño bajo observación, pero la madre no le llevó ropa y solo había comprado algunas cosas para su bebé, pues es de escasos recursos.