A muchos nos gusta el pescado, pero el olor que deja en las vajillas resulta un desagradable recuerdo de nuestro banquete. Da asco utilizar un vaso o un plato que huela a comida, y peor si es a pescado. El olor a pescado desaparecerá sin mayores complicaciones, sumergiendo su vajilla en un cubo con té bien cargado. Si luego de lavar y enjuagar, el olor persiste, frótelos con la mitad de una cebolla o una papa, y enjuague nuevamente con la infusión de té.
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