Lo arriesgó todo por su familia. Alejandro Zurdos, de 27 años, emigró desde su tierra natal Tolé, Chiriquí, hacia la capital, en busca de mejores días para su familia.
Allá dejó con su cónyuge Juanita Caballero, de 21 años, a sus dos hijos de 4 años y su bebé de 6 meses, para buscar un trabajo donde le pagaran mejor.
Más que todo se vino a la capital, porque trabajando en el campo y ordeñando vacas no ganaba mucho. "Mucho esfuerzo y pagan muy poco", dijo Alejandro.
Al llegar a la capital, fue recibido por su cuñado, quien le dio alojamiento en Pedregal. Luego, acudió por iniciativa propia a pedir trabajo en un puesto de legumbres y frutas, por lo que el administrador le dijo que abriría otro puesto del Instituto de Mercadeo Agropecuario en Plaza Conquistador, lugar donde labora actualmente.
De eso hace exactamente un mes y tres semanas, tiempo que tiene de estar en la capital. En este trabajo, le pagan lo necesario para enviarle a su cónyuge y sus hijos.
Admite que es duro el trabajo, cansa mucho. Alejandro labora de 7 de la mañana a 8 de la noche todos los días.
Por el momento se mantiene trabajando duro, de manera humilde, por el bien de sus seres queridos y todavía no se ha planteado lo que hará en el futuro.
Aún no ha podido ir a Chiriquí para ver a sus familiares desde que se vino a la capital. Afirmó: "Siempre extraño a mi familia, a mis hijos, a mi mamá y mi papá".
TRABAJA DURO
Alejandro se desempeña como ayudante en este puesto de legumbres, junto a otro compañero.
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