Se puede observar en su lomo los renacuajos adheridos a él. (Foto: Roberto Barrios)
Odalis Orozco
| DIAaDIA
¿Conocías las ranas venenosas de Bocas del Toro? Estas ranitas son endémicas de las Islas Colón y Bastimento y algunos sitios de la provincia de Bocas del Toro; sólo miden de 11 a 13 centímetros y viven entre la hojarasca. Pero lo interesante de esta diminuta ranita es que los machos son los que se encargan del crecimiento y sobrevivencia de sus renacuajos, hasta que sean ranas. Estos machos cortejan a la hembra con sus cantos, las llaman; éstas al acercarse los acarician. Mientras esto ocurre, el macho busca un lugar adecuado para que la rana ponga sus huevecillos y luego él los fertiliza. La ranita sólo pone uno o dos huevos, explicó el biólogo Ricardo Cossio Martínez, quien realiza la investigación.
ES TODO UN PROCESO EL CRECIMIENTO
Aquí no termina este proceso de crecimiento y desarrollo del huevecillo y luego renacuajo. Ahora es que empieza la odisea del macho, ya que periódicamente va al sitio donde están los huevos, que toma aproximadamente 9 días para que se desarrollen y pasen a ser renacuajos.
Al momento de desarrollarse el huevo, los pequeños renacuajos suben al lomo de sus padres, que toman varios días en buscar el sitio adecuado donde depositarlos. Normalmente son dejados en las plantas de heliconias y de bambú que tienen tallos largos, donde se acumula gran cantidad agua, sitio propicio para su crecimiento. Este proceso demora 5 meses. Ellas, normalmente se alimentan de sus heces fecales.
POCOS DEPREDADORES
Estas minúsculas ranitas por sus colores llamativos son venenosas, así que son poco atractivas para los depredadores como las serpientes y pájaros.
Cabe destacar que se reproducen todo el año, más en los meses lluviosos, porque se asegura el crecimiento de estos anfibios.
Cossio explicó que el estudio de este anfibio proveerá una importante información para entender el comportamiento y ecología de la especie. Panamá posee una gran diversidad de anfibios y quizás muchos más que Centroamérica. Para el estudio de las ranas venenosas de Bocas del Toro, la Secretaría Nacional de Ciencias y Tecnología e Innovación aportó los fondos necesarios para la primera fase.