"Querer es poder". Esta es la consigna de la Fundación Niños Felices, que actualmente opera en la humilde comunidad de Aguas Blancas en Penonomé y a pesar de las limitaciones ayudan a más de 50 niños y niñas con discapacidad.

Esta fundación busca mantener siempre la esperanza en los menores de edad y en sus padres, según su presidenta, Maira Prado.

Actualmente, los niños y niñas son atendidos, pues aunque el centro está ubicado en un sector donde la carretera está en mal estado y no tienen recursos económicos, nada los desvía de sus objetivos que son disminuir la desnutrición y deserción escolar en la región.

La Fundación requiere apoyo económico para comprar más equipos y camas para atender a los niños, sin embargo, esto no es una limitación, porque ellos reciben a todos los que tengan problemas, "pues donde come uno, comen dos", aseguró Prado.

Prado dijo que la mayor preocupación, con la llegada del invierno, es la carretera que está intransitable, porque esto evita que los infantes puedan acudir a recibir alimentos, atención y tratamientos. Es por ello que hace el llamado al director del MOP, para que mejore la carretera por los niños y niñas que desean ser felices.