U n monje andariego se encontr�, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la guard� en su talega.
Un d�a se encontr� con un viajero y, al abrir su bolsa para compartir con �l sus provisiones, el viajero vio la joya y se la pidi�.
El monje se la dio sin ning�n reparo. El viajero le dio las gracias y march� lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastar�a para darle riqueza y seguridad el resto de sus d�as. Sin embargo, pocos d�as despu�s volvi� en busca del monje mendigante, lo encontr�, le devolvi� la joya y le suplic�: "Ahora te ruego que me des algo de mucho m�s valor que esta joya�.
�Dame, por favor, lo que te permiti� d�rmela a m�.
El desprendimiento como valor se origina al reconocer que todos tenemos necesidades y en algunos casos encontramos personas con carencias. En cualquier situaci�n debemos superar nuestro ego�smo e indiferencia para colaborar con el bienestar de los dem�s, no importa si es mucho o poco lo que hacemos y aportamos, lo importante es tener la conciencia de ofrecer algo, de aportar. En la generosidad que requiere el desprendimiento no cabe el ofrecer algo que nos sobra.