
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En las actividades los menores de edad solicitan los servicios de María.
Los implementos de la joven pintacaritas.
Corazones y estrellas que realiza.
María Gabriela también pinta su cara al trabajar.
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En las actividades los menores de edad solicitan los servicios de María.
Los implementos de la joven pintacaritas.
Corazones y estrellas que realiza.
María Gabriela también pinta su cara al trabajar.
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En las actividades los menores de edad solicitan los servicios de María.
Los implementos de la joven pintacaritas.
Corazones y estrellas que realiza.
María Gabriela también pinta su cara al trabajar.
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En las actividades los menores de edad solicitan los servicios de María.
Los implementos de la joven pintacaritas.
Corazones y estrellas que realiza.
María Gabriela también pinta su cara al trabajar.
A la joven María González le fascina ver a los niños y adolescentes felices.
Foto: ROBERTO BARRIOS
En las actividades los menores de edad solicitan los servicios de María.
Los implementos de la joven pintacaritas.
Corazones y estrellas que realiza.
María Gabriela también pinta su cara al trabajar.
María destacó que perfeccionó esta habilidad con la empresa Brincolines, pues en un principio lo hacía para obtener algo más de dinero, pero le ha fascinado incursionar como pintacaritas, de manera que ve a niños y adolescentes felices.
Esta joven es residente en Las Cumbres y estudia psicología. Considera que quizás por tratar con menores de edad le interesa más la carrera.
Los niños se inclinan más por los dibujos del hombre araña en sus rostros, a los bebés se les hace carritos y gatitos, mientras que las niñas desean plasmar en sus caras mariposas, flores y corazones.
La confección de los diseños pueden tener una duración de 3 a 5 minutos.
Mi familia sabe que hago esto porque me gusta y es una forma que tengo para ganar dinero, por lo tanto siempre me apoya, manifestó María González.
Esta chica piensa que un mundo con personas alegres es un gran paso para la paz, por lo tanto ella hace su pequeño aporte para ver rostros felices.