
Las pancartas no faltaron.
Fotos: HERMES GONZLEZ
Las pancartas no faltaron.
Fotos: HERMES GONZLEZ
Lo que más indignó a las personas es que, según ellos, en los últimos tres meses estaban esperando para que llegara una bomba que se supone resolvería el problema; sin embargo, no habían recibido respuestas.
Luego de horas de protesta, que se dio sin enfrentamientos, llegó personal del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) que llevó la esperada bomba para que el servicio de agua potable volviera a la normalidad.
Durante años, las personas han tenido que aprender a adaptarse al hecho de ser abastecidos por el carro cisterna.
Pero el que se salvó fue un vendedor de empanadas que, al pasar por el lugar, una de las autoridades locales le compró todo el producto que fue repartido entre los protestantes.