Luis Sandoval y su gran perseverancia

Al no tener quién lo apoyara y ver que su hijo se interesó por la música, Luis Sandoval lo encaminó a ella y tenía la idea de que ellos serían exitosos.

Al parecer, no se equivocó. “La idea de iniciar un conjunto fue mía. Dije que debíamos acostumbrar al público a escuchar nuestra música. Muchas veces tuvimos bailes malos, y le decía a Samy: Alégrate, que esto nos sirve para aprender, ser resistentes y tener éxito”, señala el monagrillero Luis Sandoval.

Cuenta también que al estar sus hijos muy chicos, él terminaba los bailes. “Samy na’ ma’ tocaba hasta las 12 de la noche. De allí en adelante seguía yo y mi satisfacción era la aceptación de la gente que muchas veces, al no tener parejas, bailaba sola. Era una emoción muy grande”.

Con un talento nato.

Al preguntarle sobre Sandra, añade que ella se hizo sola. “No sabía que cantaba. Una vez le iban a regalar un acordeón a Samy y vi a Sandra en la tarima. Le pregunté a Samy: ¿Qué va hacer Sandra en la tarima? Me dijo: va a cantar. Bueno, se subió y lo hizo muy bien. Me sorprendió por completo”, anota entre risas el herrerano.

Su honestidad sale a flote al expresar: “Me siento un poquito decepcionado porque quería que los muchachos se fueran a tocar afuera y viniesen 1 o 2 veces al año a presentarse en Panamá. Pero por algún motivo, no pudimos pegarnos allá”.

Sin embargo, le han llegado peticiones de Bélgica, Lisboa y China, pero “no tengo quién vaya hablar de la agrupación en el extranjero. Antes tenía a Salo Shamah, pero ahora él está muy ocupado”, destaca.

Desde hace cinco años, el patriarca Sandoval está alejado del manejo de la carrera de sus hijos. “Esta tarea se la dejé a Samy porque yo tenía que hacer otras cosas. No podían depender de mí todo el tiempo, pero siempre me piden opinión antes de hacer algo, y eso me enorgullece”.

Sin sucesores.

Respecto a que si desea que sus nietos sigan con la tradición de la música, Luis Sandoval nos comentó que eso está duro. “Lo veo muy difícil porque Samy no tiene la emoción que yo tenía con ellos. No es hombre de pegar mentiras. Antes me la pasaba de cantina en cantina tratando de vender los discos. No me los pagaban y al llegar a casa, mi hijo me preguntaba cómo me había ido. Yo le decía que muy bien, porque no quería que se descontrolara”.

Su primer logro

Cuando tenían un poquito más de dinero, su primer regalo fue un carro. “Al ir a hablar con empresarios para conseguir toques no podía ir con cualquier vainita. Me compré un Mitsubishi Preview para tener más credibilidad y que me miraran distinto”.

Para finalizar, siempre les inculcó a Samy y Sandra la humildad, a pesar de que recibía muchas críticas. “Deben acordarse de que vienen de abajo y no deben dejarle de hablar a la gente”.