Los Juegos Olímpicos regresaron a su hogar espiritual ayer, con una ceremonia que revivió los mitos de la Antigua Grecia gracias a la magia de la tecnología del siglo XXI.
Rostros de fanáticos animados por la fiesta que se vivía en Grecia se observaron por doquier.
Atenas levantó el telón del mayor espectáculo del planeta con un toque decorativo ante una audiencia impresionante de televidentes.
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