Los Juegos de la XXVIII Olimpiada de la era moderna fueron inaugurados ayer en Atenas, con una ceremonia en la que se pasó revista a la Grecia antigua, y en la que el windsurfista Nikos Kaklamanakis, campeón olímpico en Atlanta-96, encendió un futurista pebetero.
Grecia, en los primeros Juegos del siglo XXI, quiso hacer un espectáculo fastuoso, que contemplaron 4.000 millones de personas en el mundo, convirtiendo la ceremonia de inauguración en la disciplina olímpica de más audiencia del evento.
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