Las pizzas, al recalentarse, pierden la flexibilidad y muchas veces el sabor. Para que esto no ocurra, agregue unas cucharadas de leche fresca antes de meterlas dentro del horno o microonda.
Otra forma de mantener su sabor y forma originaria, es poniéndolas en el horno a fuego lento, junto con un recipiente con agua hirviendo. Así no perderá la textura y la firmeza de esa pizza que compró.
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