El Personaje

Disciplina


EMMOLIÉRE - DIAaDIA

Disciplina, compromiso y responsabilidad. Estos son “personajes” que van de la mano. No cabe dejarlos fuera cuando se trata de desarrollarse en vida en cualquier ámbito o circunstancia.

Me lo reclamaban y exigían en casa, en el colegio, en el trabajo, en todo lugar, sitio o agrupación y actividad en donde me veía envuelto. Lo tuve que aprender. Me toca practicarlo y también exigírmelo y exigirlo igual a los demás. Es parte de lo que nos hace ser profesionales. El teatrero necesita tener esto claro, siempre. Al aceptar hacer o formar parte de algo, usted se ha comprometido en bien de ese algo. Es una lástima y una vergüenza asumir responsabilidades para luego no cumplir con ellas. El sacrificio, esfuerzo y dedicación es lo que lleva al individuo a alcanzar el éxito en su trabajo. Pero si no se tiene la disponibilidad de asumir el compromiso, mejor es no involucrarse en nada. Y nada es ociosidad sin ganancia. He tenido la oportunidad de ver trabajos teatrales y montajes escénicos dignos de admiración y respeto y, sin lugar a dudas, muchos de los involucrados dedicaron tiempo y se exigieron a sí mismos para lograr su cometido. Incluyendo menores de edad que están convencidos de lo que hacen y quieren hacer. Ojalá muchos hicieran lo mismo, porque se dice que en Panamá los panameños “somos flojos”. Y ello a veces se deja ver cuando no luchamos por demostrar lo contrario. Les comento que entristece y afecta mis venas cuando alguien encuentra excusas y justificaciones tan fuera de lugar para no cumplir con el compromiso que han adquirido, como el faltar a un ensayo previo a una función y simplemente decir: “¡Oh! Es que se me olvidó”, o “es que me dolía una muela”, o es que tenía pereza” o “tenía un asunto”. Cuando vas a ver, los asuntos se podían ajustar u organizar mejor. La falta de hábito y disciplina conlleva justamente la irresponsabilidad y la falta de compromiso. Y no se sorprenda, esos mismos son los que al final deciden salirse del proyecto, quedan a medias, provocan para que los boten o suplanten, y son los primeros en no aceptar sus faltas, sino culpar al resto, incluso a quienes les dirigen. ¡Qué lástima!, ¿no?

El artista es y debe ser lo que es, por ello, por sus tres inseparables “personajes”: Disciplina, compromiso y responsabilidad... Deben ir agarraditos, y que recuerde que con sacrificio, esfuerzo y dedicación en todo lo que hacemos, nos encaminamos a ser mejores y a lograr la superación.

“Nos vemos en las tablas”.

 
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