Si ya no aguanta la picazón y quiere calmarla de una vez por todas, haga lo siguiente:
Tome un baño de agua tibia con media taza de bicarbonato sódico. Frote la zona afectada con la parte interna de la cáscara de un limón. Lave el área con jabón de alquitrán, y deje secar sin enjuagar. Pasar un algodón empapado en amoniaco.
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