Poco a poco la lluvia que caía sobre los predios del Estadio Rod Carew empezó a arreciar.
Una vez más, las inclemencias del tiempo impedían que la preselección juvenil continuara su rutina diaria de entrenamientos en el terreno de juego.
Ante la situación, los peloteros de cuadro tuvieron que utilizar la jaula de bateo y el interior del coliseo para entrenar; mientras que los lanzadores se dedicaron a correr en los jardines.
Fue así como, uno a uno, los jugadores fueron terminando su trabajo. Como es costumbre, el zurdo chiricano Antonio Cuan fue uno de los primeros en culminar su faena.
"¿Qué hay?... hoy no vi nada sobre el equipo en el periódico", nos dijo el lanzador mientras nos estrechaba su mano derecha.
De pronto, aquella improvisada entrevista que iniciábamos con el pelotero fue interrumpida por dos pequeños que integran las filas del equipo de Chiriquí Occidente, que participa en el I Campeonato Nacional de Béisbol Infantil que se desarrolla en la ciudad capital.
"Mira... ese es Antonio Cuan", expresó con asombro uno de los niños de nombre Michael Rivera. "Sí... yo lo conozco, él juega en la mayor con Chiriquí y le ganó a Herrera en la final", respondió el otro menor de nombre Oscar De León.
En aquel momento, la entrevista que íbamos a realizar pasó a segundo plano. El coloquio entre los tres atletas chiricanos se fue tornando interesante. Incluso, fue tanta la confianza que los retos empezaron a salir.
"Cuando llegue a la mayor quisiera enfrentarme a Cuan. Yo sé que mi curva es mejor que la de él", indicó Rivera con firmeza.
"Yo también quiero enfrentarlo. Yo sé que yo le bateo... que me tire lo que sea que yo le bateo. Si es recta mejor", agregó De León, quien juega en la segunda base.
"Claro... una recta es fácil de batear", respondió Cuan.
"Cuántos años es que ustedes tienen?", preguntó Cuan entre risas. "Doce", dijo Rivera. "Y yo once", dijo De León. "Ajá... de aquí allá me van a agarrar cansado", expresó Cuan.
Con el ánimo de ponerle más sazón a la conversación, les pregunté: "¿Dónde quieren que sea el juego?"
"En Puerto Armuelles", respondieron los niños a la vez. "En David no, porque allá Cuan es duro y además sueltan zorras", explicó De León.
Mientras la conversación se iba extendiendo, otros peloteritos del equipo infantil se fueron uniendo al grupo. De repente, una voz salió de lo más profundo del "dogout" del local en el estadio gritando: "Cuan... nos vamos". Inmediatamente, el lanzador que se hizo famoso durante los torneos juvenil y mayor del 2007, abandonó al grupo ante la atenta mirada de aquellos pequeños comprovincianos que hoy son sus principales fans y que en un futuro no muy lejano serán sus rivales en el terreno.
BUSCA SU CUPO
Antonio Cuan estuvo con la selección juvenil en el Mundial de Cuba 2006. Ahora, intenta hacer el equipo que irá hacia México.
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