
La señora Eusebia, con toda su familia.
La señora Eusebia, con toda su familia.
La señora Eusebia, con toda su familia.
Junto a la piñata de Pitufina.
La señora Eusebia, con toda su familia.
Junto a la piñata de Pitufina.
La señora Eusebia, con toda su familia.
Junto a la piñata de Pitufina.
La señora Eusebia, con toda su familia.
Junto a la piñata de Pitufina.
La señora Eusebia, con toda su familia.
Junto a la piñata de Pitufina.
Agradece a la Virgen del Carmen, a la que le enciende una vela todos los sábados.
Llegamos ayer a su casa en la calle Alejandro Posada en Penonomé. Estaba sentada observando el movimiento de hijos, nietos y hasta bisnietos. Los vecinos más cercanos no podían faltar, ellos preparaban una fiesta para la abuela porque están orgullosos de mantenerla con 101 años.
Ella estaba emocionada y al pedirle la cédula sonrió y dijo que estaba bajo llave, al igual que sus vestidos y todo lo que le pertenece, “una costumbre”, dijo.
“Tuve 11 hijos, de los cuales ahora hay nueve, porque dos murieron pequeñitos, pero, junto a mi esposo, el señor Feliz Valdez, trabajamos duro para mantenerlos y lograr que fueran profesionales”, explicó.
Recuerda con orgullo que a todos sus hijos los tuvo con parteras en su casa en El Rosario, porque no había dinero para ir a un hospital, sin embargo, nacieron sanos y fuertes.
Dijo que nació un día como hoy en 1910 a las 4:00 de la madrugada. Además, expresó que el trabajo de la agricultura fue el sustento diario y el que los llevó a salir adelante , con la ayuda de la Virgen del Carmen.
Ella recuerda con tristeza la invasión a Panamá y al general Manuel Antonio Noriega, y dijo con nostalgia que muchas cosas no debieron pasar, pero que ahora forman parte de la historia.
El arroz, el pastel y hasta una piñata de Pitufina eran parte de la celebración de doña Eusebia, pues hoy la gran familia no se podía reunir, pero asegura que está feliz porque aún puede caminar, hablar y reconocer a cada uno de sus hijos, nietos y bisnietos, y el mejor regalo que pudo recibir en su cumpleaños fue que la familia estuviera unida.
Para los familiares de esta admirable abuela es muy importante destacar que ella, a pesar de la edad, sigue siendo la consejera, la madre, la abuela y la amiga de muchos que, cuando tienen problemas, buscan un consejo de alguien que ha vivido 101 años y a quien le sobra experiencia.