El pasado lunes hubo un gran festín en el cielo, los santos le comunicaron a los ángeles, estos a los querubines y de allí se corrió la voz- por todo el reino- de la llegada de la Rosa más hermosa. La presencia de ella llenó de regocijo a los residentes de tan majestuoso lugar, quienes prepararon banquetes para que esta se sintiera como lo que es: una "reina".
Sin embargo; lo que es alegría para muchos, representa tristeza para otros, pues su partida hacia un mejor lugar significa el cierre de una vida de experiencias compartidas con ella.
Parece increíble el hecho de hablar en pasado de ti, el solo hecho de saber que no te volveré a ver ni a oír tus fuertes carcajadas, me hacen romper en llanto.
Queridos lectores, se fue de nosotros una gran persona, que aunque muchos no la conocían, era un ángel que irradiaba de felicidad a donde sea que estuviese.
Pero que pasa cuando se nos va una persona de esta clase ¿se murió y ya?, pues no. Considero que detrás de la muerte hay un inicio en la forma de pensar y de actuar de quienes en un momento la llegaron a acompañar y a compartir.
Debemos preservar su memoria, no solo con nuestros recuerdos, sino con nuestra forma de proceder de aquí en adelante.
El mencionar cada una de las cosas que la hacían especial, sería un suicidio para mi columna pues no terminaría. Pero lo que sí les digo es que son muchísimas y que todos deberíamos imitar algunas de ellas, para que el día de mañana, cuando nos toque partir, podamos encontrarnos con ella y que nos diga con emoción "estoy orgullosa de ti".
¿Un adiós?, sólo para el que la borre de sus pensamientos y de su corazón.
Definitivamente que es un "hasta luego", pero esto va a depender de nuestras acciones futuras. Y si verdaderamente deseamos verla, empecemos a manejarnos de la forma correcta.
Hay dos opciones, un "hasta nunca" o un "hasta pronto", ya yo tomé mi decisión ¿y tú?
