Algo más que delincuencia

Un barrio peligroso, pero donde los niños son felices. Eran las 4:00 p.m., mientras los niños jugaban sin zapatos en el parque, entre los adultos conversaban en las bancas fuera de las casas, disfrutando de un día normal en la comunidad de La Porqueriza, en Río Abajo, lugar en medio de la ciudad que refleja la triste realidad de llevar una vida rodeados de basura, aguas negras desbordadas por doquier y viviendo con miedo por la delincuencia registrada en el área.

DIAaDIA se adentró en la comunidad de La Porqueriza, sitio denominado de esa forma porque en sus inicios los residentes se dedicaban a la cría de puercos y que actualmente es calificado como uno de los lugares más peligrosos de Panamá, donde habitan más de 200 familias que en su mayoría se rigen ”por leyes propias”.

Al caer la noche, la cosa se complica, ya que a pesar de que han bajado los crímenes, la venta de droga se ha ido agudizando en los últimos días, aseguraron los residentes del barrio, quienes prefieren mantenerse en el anonimato.

Sin embargo, y aunque para muchos parezca mentira, en La Porqueriza hay vida más allá de la venta de drogas y la delincuencia.

En medio de los traficantes, está Dione Santos, pastor de la Asamblea de Dios, quien conoce muy bien el terreno que pisa. "Yo nací aquí, me crié aquí, y estuve metido en el narcotráfico en esta comunidad. La misma en la que hoy soy pastor". Dione intenta sacar a sus vecinos del tráfico de drogas, pero no es fácil en una sociedad marginal.

“Hay que tratar de mostrar la cara bonita, porque La Porqueriza no es pura delincuencia, pero los esfuerzos todavía no son tan visibles, necesitamos el apoyo del Gobierno“, asevera el pastor, quien admite que hay mucho por hacer todavía.

Por su parte, la Junta Comunal de Río Abajo afirma que sobre la base de los incidentes reportados, han tratado de proponerle a la Policía Nacional que realice operativos durante la noche para regular las ventas de drogas.