La felicidad de los ganadores, la tristeza en los rostros de los perdedores y el entusiasmo contagioso de los fanáticos son aspectos cotidianos de los Juegos Olímpicos de Atenas.
Ayer se vio de todo, desde la algarabía de las ganadoras de un partido de voleibol hasta la sincronización que mostraron en sus clavados las chinas Las Lishi y Lin Ting, quienes se llevaron el oro en clavados de 10 metros.
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