Esta es una escena de la obra en la que baila en el tubo.
Diamar Díaz Nieto
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Amparo Grisales es muchas cosas, pero hay una que definitivamente no es, y es ser aburrida.
Esta actriz colombiana, con muchas horas de vuelo en el mundo de la actuación, está de vuelta en nuestro país para ofrecernos su talento en la obra No seré feliz pero tengo marido, en la que nos promete que habrá humor inteligente, vestuarios lujosos, un espectáculo de luces y mucha, mucha sensualidad.
La intérprete, quien recientemente vimos en el papel de Lucrecia, en la novela Las Muñecas del Cartel, nos hizo algunas reflexiones que sabemos muchas panameñas van a aplaudir porque dan en el blanco.
SOBRE LOS HOMBRES
Grisales reconoció que algunos hombres están acostumbrados a tomar a las mujeres como trofeos y que una vez que ya las archivan en su estantería, ellas dejan de existir para ir en busca de más trofeos, pues ellos son cazadores, como los leones. ¡Jooo!
Dijo, lo que sí es un premio para una fémina es encontrar un caballero que sea maravilloso, sincero, que esté contento en la relación y que no pierda la capacidad de seducir. "Eso es lo que salva una relación o un matrimonio, junto con la comunicación, la confianza y la honestidad", puntualizó.
La beldad colombiana confesó que no es fanática de estar metida en estéticas y que prefiere "una arruga bien puesta que un relleno mal hecho".
Añadió que hay muchas mujeres que empiezan a arreglarse el rostro desde muy temprano y cuando llegan a los 35, se ven hasta mayores, y que eso es engañarse a sí mismas.
UNA SUPEROBRA
Sobre la obra que trae a suelo panameño, la cual estará en escena del 19 al 21 de agosto en el Teatro Nacional, aseguró que es una comedia picaresca, en donde canta, baila y actúa y en la que hace llorar y reír.
Destacó que este trabajo es basado en el libro del mismo nombre de la periodista argentina Vivina Gómez Thorpe, en la cual cuenta cómo después de 27 años de casada, su marido la deja por una chica de 20 años y por eso, en son de burla, habla de su gran sufrimiento.
A lo largo de esta historia es que Grisales se mete en el personaje y habla de las distintas etapas del matrimonio con frases inteligentes que le roban al espectador carcajadas, cada diez segundos.
Sobre si los hombres no la odian por lo que hace en este trabajo teatral, sostuvo que no, porque ellos quedan pasmados cuando ella hace un "striptease" con baile de tubo y todo, y con eso los deja mansitos.
Amparo pide a todos los panameños que vayan a verla en el Teatro Nacional, porque saldrán con tremenda reflexión, con mucho humor y hasta bailecito de salsa, que hará que todos se sientan superpositivos. ¡Más bien!