Poco importa. El técnico de la selección inglesa, Sven-Goran Eriksson, dijo ayer que no siente mayor presión después de verse envuelto en un escándalo que dañó la reputación de la Asociación de Fútbol.
Eriksson enfrentó intensas críticas de la prensa británica cuando el mes pasado se reveló que había tenido una aventura amorosa con Faria Alam.
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