Mientras que para unos el ensanche de la vía Interamericana es un gran avance, para otros residentes en La Chorrera es un verdadero dolor de cabeza, por la falta de entradas, los derrumbes y la ausencia de la luz.

Una de las afectadas es Luz Graciela Pérez, cuya casa está a orillas de la carretera y, cada vez que llueve sufre por los deslizamientos de tierra y no cuenta con una escalera, ni entrada para su carro.

Otro aspecto que le preocupa a esta moradora, es la falta de luminarias, ya que aunque pusieron los postes nuevos, han pasado muchos meses y todavía no han instalado la luz.

Pérez indicó que cada vez que se acerca al ingeniero encargado de la cuadrilla, le preguntaba por los arreglos que le prometieron, y aunque le dicen que van a ir, nunca llegan.