Viven en un ambiente desagradable. El patio del caserón 808 de calle 20, Mateo Iturralde, El Chorrillo, tiene aguas negras estancadas, con heces fecales a la vista.

Los moradores aseguran que esto tiene años de estar así, y por muchas protestas y peticiones de ayuda que han solicitado a las autoridades, nadie ha hecho nada, pues la proliferación de mosquitos está insoportable.

Previo al 2 de mayo, los candidatos a puestos de elección prometieron, pero no han cumplido. Uno de ellos inició la construcción de un baño, que dejó a medias por haber perdido.

Igual situación se da en el caserón B-36, de calle 18, El Chorrillo, donde las aguas negras se filtran por la pared del cuarto 14 y pasan en medio de la cama donde duerme una bebé de 2 meses, quien tiene alergias en la piel.