Reacciones encontradas surgieron ayer, tras la derrota de Panamá ante Guatemala por 1-2.
Algunos culparon a la mediacancha, otros a "Cheché" y otros, incluso, al central salvadoreño Rodolfo Sibrian.
Es cierto que el arbitraje no tuvo de nuestro lado, pero también es cierto que el técnico José Hernández falló en las variaciones que hizo, pues sacar del partido a un hombre que al abrir el marcador demostró seguir casado con el gol, como lo es Jorge Luis Dely Valdés, y dejar en el terreno a un Engin Mitre, que ya tenía tarjeta amarilla y estaba desempeñándose mal, a mi criterio afectó mucho al equipo. Sobre todo tras la salida del mediocampista, Julio Medina III, cuando claramente se observó el desmoronamiento del elenco. Allí, cuando más necesitábamos de creación, la mediacancha se perdió por completo, se comenzó a jugar al pelotazo, y contrario a lo desarrollado en el primer tiempo, se observó a un Panamá ahogado en el juego contrario.
¿Qué pasó con Tito Guardia y Joel Solanilla? A este último una vez más lo llevó a pasear. Por eso, más que señalar a los jugadores habría que preguntarle al "Cheché": ¿Qué le pasó? ¿En qué estaba pensando? La verdad es que no entendí.
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