Las rabietas le están saliendo caras a Russell Crowe. Primero en su país dejaron de quererlo, ahora el relajito del celular puede costarle hasta nueve millones de dólares. Según un diario europeo, el actor está tratando de llegar a un acuerdo financiero fuera de los tribunales con Néstor, el empleado del hotel, a quien agredió hace unos meses.
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