Madonna no respeta a nadie. En pleno vuelo de Nueva York a Londres sacó una jeringa y se inyectó vitaminas. Según testigos, en las siete horas de vuelo no comió nada, sólo bebió un vaso con agua.
"Ella estuvo todo el tiempo muy callada y sólo abrió la boca para pedir agua", dijo una fuente.
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