Les dieron una tunda. Con severos golpes, los hermanos Irving y Cristian Salazar, de 21 y 19 años, respectivamente, fueron junto a su padre a interponer una denuncia ante la Fiscalía por un supuesto abuso policial ocurrido el pasado 16 de agosto.

Según explicó Irving mientras se encontraba fuera de Medicatura Forense en San Miguelito, todo ocurrió a eso de las 4:30 a.m. cuando junto a su hermano Cristian y un primo salieron de una discoteca, ubicada en Ojo de Agua. Ellos se disponían a tomar un taxi y fue entonces cuando una joven que ellos desconocían se le acercó a Cristian, de repente llegó la supuesta pareja de ella junto a otros sujetos que intentaron atacarlos. Sin saber lo que ocurría, los jóvenes descifraron que todo era una trampa para robarles y salieron corriendo en dirección al centro comercial Los Andes.

Ellos huyeron, les tiraron balas y lograron esconderse en un lote baldío. En eso, Irving vio que venía un patrulla y le hizo señas para que los auxiliara, pero sin mediar palabra, los policías los agredieron, incluso les apuntaron con arma de fuego como si fueran delincuentes. Además, se les extravió la cartera y un celular.

Ellos fueron llevados cuartel de Santa Marta y de allí a la corregiduría de Belisario Frías, donde se les impuso una multa por alterar el orden público, a pesar de que habían sido detenidos por supuesto robo.

Ante esto, el subcomisionado Cristóbal Rivera, jefe de la subestación policial de Santa Marta donde pertenecen los uniformados, adujo que el caso es investigado por la Dirección de Responsabilidad Profesional de la Policía Nacional (DRP), y las autoridades competentes. Si los uniformados son hallados culpables de lo que se les acusa, tendrán la sanción correspondiente.