¿Saben qué? En estos días, luego de que todos fuimos felices cobrando el décimo, pensé que no sería una mala idea que las mujeres cobremos un cuarto décimo al año... y ya les digo por qué.
Me di cuenta en una reunión de esas donde grupos de mujeres debatimos temas masculinos, que nosotras aparte de ser madres, profesionales, (periodistas en mi caso), también hay muchas que aparte son maestras, sirvientas, acompañantes y enfermeras.
Y esto me lo dijo una amiga, quien, desahogándose, me comentaba lo cansada que estaba de la posición en la que la tiene su marido.
Ella se levanta, le hace el desayuno, se va a trabajar, regresa, después que él. Luego le toca hacer la cena, mientras el señor come sentado en el sillón de la sala, comienzan las asignaciones. "Mami, tráeme un vaso con agua, pásame el control". "Me falta más sal en los patacones, échame". "Se me acaba de regar un poquito el agua, trapéame eso allí, mamá". "Ya le diste la comida a Rex (el perro)". ¿Y el marido qué hace? ...NADA.
Entonces, no creen que merecemos eso, sino entonces comencemos a repartir funciones, si les servimos la comida, no se pueden levantar a buscar la sal o el control. ¿Son mancos?, pero para jugar Playstation o fútbol, allí sí sirven todas las extremidades del cuerpo.
La frase ideal sería: "Mami, sirve la comida y vamos a sentarnos a comer los dos ... Cuéntame, ¿qué hiciste hoy?