Ni siquiera la fuerte lluvia que cayó en horas de la tarde lograba sofocar el voraz incendio. Lágrimas, gritos y susto fue lo que pasaron cuatro familias que quedaron damnificadas. El dúplex 5607, ubicado en Altos de Jesús, en el área de Diablo, donde vivían, quedó hecho cenizas. A las 2:30 de la tarde, en el apartamento C de ese dúplex, inició el incendio.
Los vecinos gritaban: "salgan, salgan, se incendian los apartamentos". No pudieron sacar nada. Las gigantescas llamas se apoderaban al instante de todo lo que estaba a su paso.
Según versiones, el incendio comenzó en la planta baja, en el apartamento de "Chiqui", un señor de 74 años que vive con su hijo, un cabo de la Policía Nacional, Alberto Mendieta, quien comentó que veía cómo el fuego consumía el cielo raso, y sólo le dio tiempo de salir con su padre.
Mientras que Bárbara Mejía, otra de las afectadas, miraba de lejos cómo su hogar había desaparecido.
Al área llegaron 8 carros de extinción del Cuerpo de Bomberos de Panamá, tratando de controlar el siniestro, pero como dijo el mayor Humberto Cruz, tuvieron la necesidad de traer un tanquero de 6 mil galones de agua desde Tocumen para poder abastecer a esos carros, porque no había agua en los hidrantes del lugar. La desesperación era evidente. Las llamadas al IDAAN no se hicieron esperar, pero al terminar los camisas rojas de controlar el incendio, la presión continuaba baja.
Esto fue un inconveniente que pudo provocar que otras casas cercanas también se afectaran. Sin embargo, la acción rápida de los bomberos lo evitó.
Cruz indicó que "procedimos a trabajar en las áreas de afuera porque el incendio ya está declarado. El trabajo era evitar que otras casas se afectaran".
Intentamos tener una respuesta por parte del director del IDAAN, Laurencio Guardia, y de sus asesores ante la falta de agua en los hidrantes, pero sus celulares se mantenían apagados.
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