Se arriesgó y le fue bien. "Sabía que era una situación muy tensa, pero me sentía seguro y me dije: primero Dios". Esas fueron las palabras que corrieron por la mente del cabo Erick Rodríguez, cuando se lanzó y atrapó a una joven que, supuestamente, quería suicidarse el pasado 9 de agosto en el puente Don Bosco sobre el Corredor Sur.
Sus compañeros le apodaron el héroe, y en la calle le decían: "ese fue el policía que salvó a la muchacha". Al finalizar su jornada de ese día, se sintió bien y agradeció a Dios por darle confianza en esos momentos de aprieto. Pero mayor felicidad le causó llegar a su casa y comunicarle a sus familiares lo que había hecho.
Eso no es todo, pues imagínese que al día siguiente sus hijas recortaron el reportaje del periódico y se lo llevaron para enseñárselo a los maestros y compañeros de clases. A todos les decían: "ese que está allí es mi papá".
Su hijo Roger fue más detallista, pues le escribió una carta contándole: "tú eres mi héroe". Al regresar de la escuela, mostró por todo el vecindario lo que había hecho su padre: el policía.
EL EQUIPO
En esta buena acción, participaron el sargento primero, Fredy Tenorio, los sargentos segundos, Julio Aizprúa y Hernán Pérez.
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