
Rolando está orgulloso de lo que hace.
Rolando está orgulloso de lo que hace.
Rolando está orgulloso de lo que hace.
La bicicleta es su medio de transporte.
La cortagramas es propia.
Trabaja todos los días arduamente.
Con su peculiar sonrisa, Rolando corta grama por todo Juan Díaz.
ROXANA PALACIO
Rolando está orgulloso de lo que hace.
La bicicleta es su medio de transporte.
La cortagramas es propia.
Trabaja todos los días arduamente.
Con su peculiar sonrisa, Rolando corta grama por todo Juan Díaz.
ROXANA PALACIO
Rolando está orgulloso de lo que hace.
La bicicleta es su medio de transporte.
La cortagramas es propia.
Trabaja todos los días arduamente.
Con su peculiar sonrisa, Rolando corta grama por todo Juan Díaz.
ROXANA PALACIO
Rolando está orgulloso de lo que hace.
La bicicleta es su medio de transporte.
La cortagramas es propia.
Trabaja todos los días arduamente.
Con su peculiar sonrisa, Rolando corta grama por todo Juan Díaz.
ROXANA PALACIO
Rolando está orgulloso de lo que hace.
La bicicleta es su medio de transporte.
La cortagramas es propia.
Trabaja todos los días arduamente.
Con su peculiar sonrisa, Rolando corta grama por todo Juan Díaz.
ROXANA PALACIO
Con una máquina de cortar grama que le costó $300.00 de sus ahorros se gana el sustento para su esposa y su hijo.
Con una alegre sonrisa, dice sentirse orgulloso de lo que hace y es que desde hace más de cinco años, con su peculiar “Se corta grama”, los residentes lo buscan por su calidad de corte y su puntualidad.
Para Rolando, no hay descanso cuando se trata de cumplirles a sus clientes, pues su mejor carta de presentación es la responsabilidad y siempre tratar con respeto a su clientela.
Desde las 8:00 a.m. está despierto, desayuna con su familia y parte con su hijo, quien lo ayuda a recoger la grama, ya que le gusta inculcar a los niños el valor del trabajo y la responsabilidad.
Álvarez cobra dependiendo del tamaño del patio, por lo que su tarifa puede ir desde los $3.00 hasta los $20.00.
En estos tiempos en que las personas se quejan de que no hay empleo, Rolando discrepa de eso, pues es del sentir que siempre hay algo honrado que hacer, porque trabajo hay, solo hay que saber buscarlo.
Con su peculiar sonrisa, dice que aunque su infancia fue difícil, eso no fue impedimento para siempre sobresalir y buscar la manera de cumplir con sus obligaciones de padre y esposo.
Le da muchas gracias a Dios todos los días por permitirle ver a su hijo crecer y que Rolandito vea que su padre es trabajador y que la familia tiene salud.
Así, padre e hijo recorren con sus bicicletas las calles de Juan Díaz gritando: “corto grama, vecinos, su patio me llama”.
Precios
Desde los $3.00, $5.00, $10.00 y $20.00 cobra Rolando por limpiar un terreno.