Si en Taylor, Michigan, se vivió un carnaval cuando Panamá se coronó campeón en el Mundial Preintermedio, la celebración en nuestro país estuvo llena de bombos y platillos, precisamente en la barriada San Antonio, cuando los padres de los peloteros brincaron, lloraron y gritaron por la hazaña llena de gloria.

Uno que no cabía en el pellejo era el padre del lanzador panameño Ángelo Jaramillo, de igual nombre que su hijo.

"Esto no fue fácil, fue algo duro por parte de todos nosotros y de los niños. Ha sido un gran sacrificio", dijo Jaramillo padre.

Otra que no pudo dejar de dar a conocer su alegría fue Amalia Álvarez Castillo, madre del pelotero Mario González.

"Este es un sueño hecho realidad para todos ellos que han trabajado mucho. Estoy muy emocionada, muy feliz. Este es un premio para todos. Además, hago un llamado al Gobierno para que nos apoye más. No sólo se trata de ser cédula 9 o del fútbol, todos somos panameños", dijo.