
Los traumatismos cráneoencefálicos (TCE) o golpes en la cabeza son motivo frecuente de consulta en pacientes de edad pediátrica y predomina en el sexo masculino.
Las causas más comunes de de TCE están relacionadas a las caídas. Hay otras causas como los accidentes automovilísticos y el maltrato al menor, aunque en este último caso debe haber un alto grado de sospecha por parte del médico tratante (en base a la información dada por los padres y los hallazgos clínicos que encontramos en el paciente).
Para el pediatra son importantes algunos datos en relación a: edad del paciente, mecanismo del trauma (caída desde qué altura, contra qué golpeó), estado neurológico (somnolencia excesiva, consciente o no, perdió el conocimiento no), lloró o no, cantidad de vómitos posterior al golpe y las lesiones que presenta el niño en la cabeza.
Los TCE ameritan una evaluación por parte del médico pediatra, quien de acuerdo al examen físico e historia clínica decidirá el manejo del niño, lo que incluye estudios radiológicos (rayos X de cráneo o CAT cerebral), así como si amerita o no, la evaluación por parte del Neurólogo o Neurocirujano.
Algunas de las preocupaciones más comunes de los padres se relacionan al hecho de si el niño puede dormir o no y qué ocurre si vomita.
Es importante que los padres de familia consulten al médico pediatra ante el evento de un TCE, sobre todo si es su primer hijo; que sigan las instrucciones al pie de la letra y lo más importante, prevenga la ocurrencia de accidentes, tomando todas las medidas necesarias para preservar la vida de sus hijos y evitar la incidencia de complicaciones secundarias.
Manifestaciones de alarma
Algunas de las manifestaciones consideradas como señales de alarma en un niño que ha sufrido un TCE son:
• Cambios en la conducta (desorientación, somnolencia excesiva, irritabilidad y llanto excesivo en lactantes menores); pérdida de la consciencia.
• Cambios en el tamaño de las pupilas.
• Sangrado por oídos o nariz.
• Debilidad en una parte del cuerpo (brazos o piernas).
• Vómitos persistentes y en proyectil (más de dos).
• Hundimiento o abultamiento excesivo a nivel de la cabeza.
• Convulsiones o ataques.
Si el niño presenta cualquiera de estas manifestaciones, debe ser dejado en observación en el hospital, donde se le realizarán exámenes radiológicos para descarta alguna complicación (fracturas, hematomas o hemorragia cerebral) y se manejará en conjunto con otros especialistas.
En la mayoría de los casos, el paciente es evaluado en el Cuarto de Urgencias; si se encuentra estable y las radiografías no muestan lesión, es enviado a casa con recomendaciones. Se hace énfasis en que debe retornar al hospital si presenta alguna señal de alarma en las 48 horas posteriores al TCE.
Cuando el niño retorna a casa podrá dormir y seguir la rutina a la que está acostumbrado.
Si presentan vómitos en proyectil en un número superior a dos, deben consultar nuevamente con el médico.