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La aventura del Cerro Cabra
Los bomberos estuvieron anuentes a ayudar. (Foto: CAROLINA SÁNCHEZ)

Carolina Sánchez P. | DIAaDIA

Excursionistas. Un aproximado de 80 personas moradoras del distrito de Arraiján se animaron a caminar y a conocer un nuevo rumbo.

Ellos acudieron al llamado de decir: "No a la contaminación de la naturaleza" y para observar la riqueza ecológica que los rodea. Por esta razón emprendieron una caminata desde la Alcaldía de Arraiján hasta la cima del Cerro Cabra, que es el punto más alto de este distrito.

CURIOSO

A lo largo de la caminata, los aventureros iban invitando a las personas para que se unieran a la excursión y así pasaran un par de horas agradables. Fue en el sector de la Calle 11 de Octubre, cuando Carlos Samaniego, de 75 años, se sumó a esta misión.

Su pregunta fue ¿para dónde van? y la respuesta, a la cima del cerro. En cuestión de segundos regresó junto a la caminata con unas botas de caucho, pantalones largos, una camisa, una mochila y un machete. "Sólo tomé dos tazas de té, me tomé un vaso de agua y espero llegar a la cima para luego descender", expresó don Carlos.

Muchos miraron a don Carlos asombrados, pues algunos habían desayunado tortilla, plátanos y hasta duplicaron la ración de pan para no desmayarse en el trayecto.

Botellas de agua, cañas agría y algunas pociones energética era lo que llevaban las personas para tener más vitalidad.

CONDICIONES

Ascender sobre el cerro fue difícil. Los 80 excursionistas fueron divididos en dos grupos que estaban formados por civiles, miembros de del Cuerpo de Bomberos, representantes de la Cruz Roja, policías y los scouts.

Cada paso iba acompañado, en la mayoría de las veces, de un resbalón. Algunos optaron por cortar un palo que les sirvió de bastón. A 200 metros de altura, ya el cansancio se sentía, la respiración era escasa y lo peor era que a algunos la cabeza le daba vuelta.

Se observó que a las unidades de la Policía, al ver este cuadro de síntomas, vigilaban atentamente a los visitantes, mientras los bomberos ofrecían caña agria para chupar, pues argumentaban que da fuerza.

Pero quien iba como un chiquillo de 15 años, era don Carlos, quien daba pasos lentos, pero seguros sin quejarse de cansancio. Por todo el recorrido iba echando cuentos para hacer más agradable la jornada.

INTERES

Una de las metas y curiosidades de los aventureros era llegar a la cima del cerro y poder recorrer y admirar El Infiernillo, que es uno de los atractivos históricas de esta zona, además allí se puede ver la piedra en donde los nativos de este distrito practicaban sus ritos. Esa roca es conocida como "La cara del diablo".

A medida que los excursionistas subían el panorama era bonito, pues se veían las torres del Puente Centenario y parte del océano Pacífico.

Unos tomaban un descanso para beber agua, mientras otros peleaban con los músculos gemelos para que no les diera calambres.

Ya a unos 500 metros de altura estaba La Subida de Las Guayabas, en donde las personas sentían que estaban dentro de una refrigeradora, por la brisa que estaba acompañada de densa neblina. Eugenio Tejada, capitán de Cuerpo de Bomberos de Arraiján, manifestó que no fueron todos los que subieron el cerro, pero el mínimo intento fue elogiado, pues lo importante es que las personas se animen a participar de este tipo de actividad.

RUMBO A LA META

A casi a pocos metros de la cima era casi imposible caminar, pues el lodazal hacía que los caminantes resbalaran. Una cerca de alambre de púa servía de apoyo a quienes intentaban subir. Algunos rodaban, pero entre risas y chistes se pasaba un rato ameno.

Quebradas y el nacimiento del río Bique fueron algunos de las cosas maravillosas de la naturaleza que asombraron a los visitantes, pues el agua era cristalina.

Cuando ya se pensaba, que estaban en la cima, la respuesta fue negativa, pues para llegar a la piedra "La cara del diablo" había que bajar y volver a subir unos 50 metros entre cortaderas y lodo.

Luis Samudio, quien pertenece al Cuerpo de Bomberos de Bugaba, Chiriquí, manifestó que no dudó en ir a la excursión, pues siempre ha tenido un espíritu aventurero. "Subí sin ningún problema, pero tuve que ayudar a varias féminas que tenían problema para caminar", dijo Samudio.

A menos de cinco metros de la altura máxima había una piedra que tenía una cueva. Tejada, quien es nativo del lugar, informó que en esas piedras colocaban a los enfermos y en otra piedra que estaba más arriba iban los enfermos más graves. En la cima hay una enorme piedra, quienes se subieron sobre ella y estaban de frente al precipicio observaron dos cachos, la hendidura de los ojos y la silueta de una nariz. Lo que indicaba que era la piedra conocida como "La cara del diablo".

A pesar que los expedicionarios miraban lo que habían caminado, era imposible pues la niebla no lo permitía.

En una de las piedras más chicas, fue en donde se sentó don Carlos, quien dio un suspiro y descansó por 15 minutos para luego descender.

Todos pensaron que la bajada sería más rápida, pero lo malo es que era más peligrosa. Aquí quien tenía las rodillas en mal estado mejor bajaba gateando.

Ya al final, don Carlos resbaló, pero fue elogiado y admirado por el resto de los participantes.

INVITACION

Los bomberos tienen programado efectuar otra excursión para la época seca para que más personas puedan asistir.

A través del sendero, los visitantes encontrarán frutas como gauyabita de monte, uvitas y una variedad de plantas.

Los bomberos tienen planeado hacer algo para que el sendero no se pierda entre la maleza.





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